El Señor reanima a los descorazonados, y sana sus heridas. Salmos 147:3.
Iniciar la sanidad interior conlleva sus miedos, es normal, lo que no podemos permitir es que todo el bombardeo de las mentiras del enemigo nos paralice y detenga la obra hermosa del Espíritu Santo en nuestras vidas. Así que nos adelantamos a todo temor, ansiedad y deseos de abandonar que suelen venir en este camino. Hoy hagamos nuestra la siguiente promesa: «No tengas miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha. Isaías 41:10.
Incontables números de personas caminan de un lado a otro, con heridas en sus almas por daños del pasado, y no saben que pueden ser sanadas o simplemente no saben qué hacer o cómo comenzar. Hoy quiero decirte que tú tienes en tus manos las herramientas para ese gran camino de libertad del alma (mente, voluntad y emociones). ¿Qué tipo de vida quiso Dios para ti como una mujer o un hombre que es creada a imagen de Él? Sin duda, no es una vida donde se es minimizada, devaluada, maltratada, abusada, utilizada y golpeada.
Él nos ofrece amor incondicional, dignidad y valía infinitos, integridad, justicia, paz y gozo; ¡y eso es tan solo el comienzo de sus bendiciones para quienes creen y caminan con Él por la vida! Al comenzar el viaje de sanidad para tu alma, te pido que recuerdes que la sanidad toma tiempo. A veces, también es doloroso porque tenemos que permitir que se abran viejas heridas para que así salga de ellas la infección que está supurando y envenenando nuestra alma. Las personas que tienen necesidad de sanidad para su alma tienen solamente dos opciones. La primera es continuar dando traspié en la vida, tan solo intentando pasar cada día, y la segunda es decir: “Ya he tenido suficiente tristeza, infelicidad, excusas, culpabilidad y vergüenza, ¡y estoy lista/o para hacer lo que sea necesario para ser sana/o con ayuda de Dios!”.
Esa es mi oración que tomes la decisión de un «ya no más», Dios lo hará. Y si tu excusa es que estás muy rota… Bienvenida al club… Parece sorprendente, pero cuando Dios decide usar a alguien se asegura que sea una persona rota. ¿Por qué? porque solamente alguien que estuvo roto puede comprender a otro roto.
Tal vez, tengas miles de preguntas ahora mismo y pensar, ¿por qué pasó lo que pasó, no pudo Dios romperme de otra manera, por qué y no tengo respuesta a eso? Solo sé que Dios está listo para convertir tu herida en una cicatriz que mostrará gloria, propósito, vida, milagro y sanidad. Rompamos hoy el porqué a mí, y hagamos un PARA MANIFESTAR SU GLORIA Y CÓMO SERÉ USADO/A DESDE LA ROTURA Y QUEBRANTAMIENTO. He aquí donde llega la sanidad interior. Abandonar el victimismo y ser la protagonista de una historia eterna junto al Espíritu Santo.